En 'Transferencia de calor por elementos finitos con R (I). Simulador' creamos un simulador 2D para modelar la transferencia de calor por elementos finitos. Ahora vamos a hacer algunas simulaciones para sacarle partido y comprobar si el comportamiento es consistente con lo esperado.
Recordatorio de los materiales que pueden simularse y la forma en que son definidos y calculados. En casi todas las simulaciones respetaremos la recomendación de que los límites del espacio simulado estén definidos con materiales 'boundary', 'insulate' o 'isoflux' para tener unas condiciones de contorno estándar en bordes:
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Empezamos por un problema típico 2D en el cual un material conductor de forma rectangular está sometido a condiciones de contorno de temperatura constante en cada uno de sus cuatro lados. Repetimos la simulación añadiendo un par de láminas de aislante ideal para ponerle trabas a la transmisión del calor, actuando éstas como "retenedoras" tanto del calor como del frío en cada zona:
A continuación un problema típico de paredes con diferentes parámetros térmicos, rodeadas por volúmenes de aire a temperatura constante. Aunque en esencia es un problema 1D, vamos a aprovechar el 2D introduciendo elementos metálicos en una de las secciones. Terminamos la parte superior e inferior de la simulación con material aislante para evitar efectos de bordes en la simulación:
En la siguiente simulación vamos a comparar el efecto del aislamiento en un supuesto de habitáculo de hormigón. El primer esquema es el ejercicio base, en el segundo se añade material aislante (madera) en dos de las esquinas. En el tercero no hay aislamiento y el hormigón se dopa con partículas metálicas como en el ejercicio anterior. Por último se incluye un material aislante ideal en una sola esquina; notar que por requisitos del código se compone obligatoriamente de dos láminas rectangulares:
La mayor temperatura tras la simulación se logra con aislamiento como era esperable; las dos esquinas de material aislante real son solo un poco más eficientes que el aislante ideal colocado en una única esquina. El caso menos eficiente obviamente se tiene cuando el hormigón contiene impurezas de alta conductividad, que básicamente convierten las paredes en un disipador de calor.
Es interesante ver cómo la distribución del calor sigue la geometría de los materiales: menor penetración del calor en las zonas con aislamiento (con aislante ideal el flujo de calor directamente se anula), y una propagación irregular y profunda del calor en el hormigón dopado de forma pseudoaleatoria.
La simulación se detuvo lejos del régimen estacionario, aunque esto no fuera necesario para comparar eficiencias. Podemos comprobarlo viendo la forma en que evolucionó la temperatura en el interior del primer recinto:
Ahora un ejercicio más vistoso que realista: consiste en un logo de material metálico rodeado de material mucho menos conductivo. En cada letra del logo se han situado círculos a temperatura constante que empezarán a transferir calor al logo el cual se encuentra a menor temperatura:
Aprovechamos el ejemplo para ver como funciona el cálculo de contornos con geometrías no rectilíneas, quedando definidos de forma muy satisfactoria:
El resultado en forma de GIF animado muestra cómo el material metálico rápidamente aumenta su temperatura ante la entrega de calor, y transmite éste en toda su superficie. Sin embargo el material poco conductivo que lo soporta apenas capta calor (los bordes poco nítidos corresponden al calor absorbido por este material):
Nos abstraemos de que nuestro simulador es 2D y modelamos una casa extruida con cuerpo de hormigón y elementos tales como una ventana con doble acristalamiento, paredes con aislante y una extraña pieza metálica que atraviesa el muro y comunica térmicamente exterior con interior.
El aire exterior se mantiene a -10 ºC y la temperatura del suelo que rodea la construcción a 5º C. Aunque no hay fuentes de calor explícitas, que fijemos también la temperatura interior a 20 ºC equivale a una fuente de calor interna con regulación de temperatura.
El interés está en ver cómo evoluciona la temperatura de los demás objetos sujetos a estas condiciones de contorno. La pieza metálica se invisibiliza a efectos térmicos antes de que de tiempo a un intercambio apreciable de calor en los demás elementos:
En el régimen estacionario los muros de la casa, incluida la ventana, presentan un gradiente constante entre la temperatura exterior e interior. La temperatura media del hormigón tiende a algo ligeramente por debajo de 4º C a largo plazo:
La mayor pérdida de calor se produce por la cubierta ya que no tiene aislamiento, y por donde menos calor perdemos es por el suelo dado que la temperatura del mismo está muchos grados por encima de la del exterior. Como mejor vemos esto es con el flujo de calor (se muestra su módulo, obviamente la dirección del flujo es en todos los casos del interior hacia el exterior):
En la siguiente simulación tomamos un diseño de disipador térmico extruido en aluminio de Alexandria Industries:
Vamos a modelarlo con los parámetros térmicos del aluminio, y unido a tres piezas a una temperatura constante de 200 ºC en los puntos marcados en amarillo:
En este caso arrancamos la simulación con el disipador también a 200 ºC y dejamos que progresivamente transmita calor al aire, que consideramos a 0º C con nuestra asunción de convección instantánea.
En un inicio la temperatura media del disipador baja rápidamente, pasando a estabilizarse entorno a 29 ºC cuando el calor aportado por las fuentes se iguala al disipado en el material:
En ese momento vemos que tan pronto nos alejamos de las fuentes de calor la temperatura baja rápidamente por la fuerte disipación de calor. Esto me hace pensar que en disipadores correctamente refrigerados, estructuras que se alejen excesivamente de la fuente tienen poca aportación:
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