Un evento que no ha ocurrido nunca solo lo podemos acotar a priori con una probabilidad teórica en el rango [0, 1[. De él solo sabemos que no se ha dado, cuantificar su probabilidad sin más datos es imposible.
Pero si disponemos de una serie (temporal, espacial,...) de iteraciones u ocurrencias posibles del fenómeno en la que éste no ha sucedido, podemos atrevernos a estimar una cota superior de la probabilidad de su ocurrencia con determinada probabilidad de error o intervalo de confianza.